Escribir, todo un dilema, para las pobres mentes incultas a las que nada se nos queda pegado. Ni el buenos días, ni el buenas noches de nuestros amores. Nada. Todo se nos olvida, somos pobres de memoria, almas en pena por no poder recordar un buen libro y disfrutar de una sinopsis personal.

Buenos para recordar venganzas pero malos para escribir un libro ingenioso y llamativo para nuestra generación.

Triste decepción. Triste desaire, pero....pero...nada, se morirá con la mente vacía porque todo se ha filtrado hacia el vacío. Se siente el hundimiento, las ganas de morir de pena porque se ha olvidado una palabra descriptiva del momento.

Comentarios

Entradas más populares de este blog